De la vista gorda
“DE LA VISTA GORDA”
“HONDURAS –según un cable de ACAN-EFE– registró entre enero y octubre una baja en los homicidios del 13.4%”. Agrega la noticia que el país “integra junto a El Salvador y Guatemala el llamado Triángulo Norte centroamericano, considerada una de las zonas más violentas del mundo debido tanto al aumento del narcotráfico y la presencia de aliados de los carteles mexicanos”. A propósito de México, solo como paralelo de la violencia que fustiga al vecindario, la desaparición de 43 estudiantes ha generado una racha de protestas que han puesto al gobierno en apuros. El fiscal general anunció a los familiares que “tres miembros de un cartel, detenidos la semana pasada, confesaron haber asesinado y quemado durante 14 horas, para no dejar rastros, a más de 40 personas que dijeron ser estudiantes”.
“El fiscal general de México, ofreció detalles sobre la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y dijo que, en una conversación en la que se le reportan los hechos al líder del cartel, actualmente detenido, los delincuentes aseguran que hicieron polvo a las víctimas”. El mensaje es muy claro, en él le dicen: ‘Nos atacaron los Rojos (un grupo criminal rival), nos estamos defendiendo’ y en el mensaje del día siguiente le dicen: ‘Los hicimos polvo y los echamos al agua. Nunca los van a encontrar’”. Sin embargo “pese a que el fiscal ha explicado con gran detalle estos hallazgos, ni los familiares ni gran parte de la sociedad mexicana acaban de creer esa versión”. En las últimas horas la tensión en aquel país ha aumentado por la radicalización de las protestas y “el choque de la policía con grupos de maestros que atacaron la sede del Partido Revolucionario (PRI) en Chilpancingo, causando numerosos destrozos y prendiendo fuego a parte de las instalaciones”. “La policía antidisturbios intervino para frenar el ataque, lo que causó un choque con los miembros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), que se prolongó aproximadamente una hora”. “Los maestros, la mayoría encapuchados, estaban armados con palos, piedras y cocteles molotov que tiraron contra los agentes antimotines, quienes repelieron la agresión con gases lacrimógenos”. “Dos maestros fueron detenidos por los policías, mientras que los profesores capturaron al subsecretario de Seguridad, por el que hicieron un intercambio horas después”. Hasta este último incidente las protestas de los mentores, que acampan desde hace semanas en el Zócalo de la capital de Guerrero, habían sido pacíficas.
Lo anterior es para ilustrar que el azote de la violencia no solo es problema aquí. Las organizaciones delictivas mutan y cambian su forma de cometer sus fechorías en la medida que las autoridades aplican sus medidas. Últimamente los sucesos sangrientos se han producido en varias unidades del transporte, tanto contra choferes, cobradores y pasajeros. Improbable que la autoridad tenga agentes suficientes para colocar policías en cada unidad del transporte. Por ello tienen que echar mano a la tecnología. Adoptar el sistema de las tarjetas prepago y colocar máquinas en los vehículos para evitar el pago con dinero en efectivo, y así desalentar las extorsiones. Colocar cámaras adentro, que capten la evidencia o desanimen a los ladrones y asesinos. Si bien se ha revertido la tendencia violenta en el país, sigue siendo motivo de zozobra. No todo va a ser solucionado a pura policía y hombres uniformados. Son múltiples las razones que la provocan –incluyendo varias ajenas que incumbe a los socios cuyo mercado es el destino de las drogas trasegadas por el crimen organizado– así que gobierno y sociedad deben hacerse un nudo para atacarlas. La cooperación internacional tampoco puede hacerse de la vista gorda.
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