Las puterías que se dicen y se hacen en nombre de los derechos humanos
Las puterías que se dicen y se hacen
en nombre de los derechos humanos
En Honduras, la frase más trillada y mal interpretada es los derechos
humanos, tanto que se utiliza por los defensores de los delincuentes, pero
nunca para las víctimas, usada por los políticos para evadir la serie de leyes
secundarias que tienen como objetivo, regular los requisitos y prohibiciones
para quienes aspiran a obtener un puesto de elección popular, demostrando con
ello, su poca vergüenza para violentar las leyes que ellos mismos redactaron y
aprobaron, caso recién pasado, de un candidato presidenciable, que en las
elecciones internas perdió el derecho a ser ungido como tal, al ser derrotado
en las urnas, pero tomando la constitución en su mano, imploró la ley de la
carta magna que dice que todo hondureño tiene el derecho a elegir y ser electo,
del cual se agarró para ser incorporado como uno de los resignados, perdón,
designados presidenciables, a la sombra de su vencedor, todo, por no dejar las
mieles del poder, actualmente han surgido nuevas voces indicando que es un
derecho humano ser reelegido nuevamente a la presidencia de la república, en
forma continua y no alterna, como pretenden algunos políticos, para lo cual están
cabildeando para ver como evadir a la misma constitución de la republica que lo
impide mediante sus artículos pétreos, que ahora para quienes modificaron la
constitución, estos no están escritos en piedra, por lo tanto pueden
modificarse.
Lo jodido de caso, es que todas estas leyes secundarias,
fueron creadas para regular y ordenar las reglas del juego, pues no tiene
sentido dichas leyes, si invocamos los derechos humanos para todo lo político,
lo que nos lleva concluir, que es innecesario el derroche de recursos
financieros en la práctica e elecciones internas, para seleccionar los
candidatos a la presidencia de la república, pues inmediatamente los perdedores
invocan el derecho humano a elegir y ser electos, por lo que esta frase ha sido
tan prostituida, que ya nadie cree en ella, solo quienes sacan provecho de ella,
como ser los políticos y delincuentes que se apañan de este derecho, el resto
solo son puterías de políticos desvelados que a todo trance no quieren dejar de
saborear las mieles del poder.
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