Editorial diario la Tribuna


A LA COLA

3 junio, 2014 Sección Editorial


arquero3HONDURAS aparece relegada en los últimos puestos de competitividad e innovación en América Latina, por factores educacionales, financieros y concentración de capitales, de acuerdo a un estudio presentado el domingo por el Banco Mundial (BM)”. El documento, denominado “El emprendimiento en América Latina; muchas empresas y poca innovación”, explica que para revertir esta realidad, Honduras y la región, necesitará elevar el número de emprendedores “transformacionales”, para ello requerirá  mayor competencia y capital humano”.
No es que Honduras aparezca en los últimos lugares, es que sale a la cola, en el último puesto. Debajo de El Salvador, de Nicaragua y de Costa Rica. Y mucho más abajo que Guatemala y Panamá. El estudio sostiene que “aquí existe una elevada concentración del mercado en industrias que no pueden competir internacionalmente. Así, en un ranquin de 71 países en el mundo, Honduras figura como el que tiene menor competencia”. Magnífico, ese es el diagnóstico. Ahora bien, que nos expliquen las aves agoreras ¿cómo sería entonces que con esas medidas impositivas que le vienen a atragantar al país, cada vez que llega una delegación del tata Fondo acompañada de sus quisquillosas tías las “Zanatas”, esperan que el país pueda salir adelante en competitividad?
El país queda fuera de competencia no solo por eso que explican sino por los altos costos de producción que tienen que soportar las industrias. Por cuanto impuesto pueda ocurrírsele encaramarle al sector empresarial, por la devaluación acelerada que recomiendan, que vuelve carísimo los insumos importados y eleva a niveles impagables los costos de la energía. Más el alto costo de dinero para invertir debido a la tasa de Política Monetaria que fija el Banco Central. ¿Cómo pueden ser competitivas la empresas con esos altos costos? Si incluso las imprentas, como ejemplo, están cerrando aquí y la gente manda a hacer sus impresos a El Salvador, porque el empresario nacional no soporta la alta carga impositiva. Las altas tarifas de los pésimos servicios públicos. Aquí hasta hay un “tasón” que capa cada transacción bancaria que no existe en ningún otro lugar. ¿Así qué, cómo con semejantes costos elevados quieren que las empresas sean competitivas?
Esas aves agoreras son contradictorias. Primero vienen a exigir medidas para sofocar más la deprimida economía –con el objetivo dizque incrementar los ingresos fiscales para sufragar el alto gasto público y reducir el déficit fiscal– y después producen un diagnóstico diciendo que el país queda fuera de competencia. Si la competencia de las empresas está directamente relacionada con los costos locales que tienen comparados a la carga más liviana de las empresas en otros países. Aquí cuesta subsistir, menos competir. Los únicos negocios rentables son los de la droga, las maquilas porque trabajan para un mercado internacional –amparada en tratados especiales– los que explotan recursos estratégicos, quizás los bancos, los afortunados con palanca en el gobierno y paren de contar.

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