Solidaridad
Solidaridad
Solidaridad: Cuando dos o más personas se unen y colaboran
mutuamente para conseguir un fin común, hablamos de
solidaridad. La solidaridad es un valor de gran
trascendencia para el género humano, pues gracias a ella no sólo ha alcanzado
los más altos grados de civilización y desarrollo tecnológico a lo largo de sus
historia, sino que ha logrado sobrevivir y salir adelante luego de los más
terribles desastres (guerras, pestes, incendios, terremotos, inundaciones,
etc.) es tan grande el poder de la solidaridad, que cuando la ponemos en práctica
nos hacemos inmensamente fuertes y podemos asumir sin temor los más grandes
desafíos, al tiempo que resistimos con firmeza los embates de la adversidad.
En Honduras, lamentablemente se ha perdido el espíritu de
solidaridad, algo que ha fortalecido a la delincuencia, pues es sabido que la mayoría
de las personas con no ver, no oír y no hablar, creen que se están protegiendo
de los delincuentes, pensando de que eso no me va a pasar a mí, craso error,
simplemente los delincuente toman lo que quieren y les importa un pito si lo
vieron o no, pues saben que cuentan con el silencio cómplice de los vecinos anónimos
que los ven, común en las comunidades en donde los delincuentes a vista y
paciencia de los vecinos, estos penetran a las viviendas, cuando su propietario
o inquilino no se encuentra, y lo dejan como salón de baile, causando destrozos
por el simple hecho de hacer daño, actos vandálicos que ejecutan ante la
pasividad de los vecinos, que creen que callando estarán a salvo de los
delincuentes, ya que estos actúan a plena luz del día, y sin que nadie ose
llamar a la policía sobre el hurto que están llevando a cabo.
Cierto es que la policía cuando se llama, no son expeditos
para acudir ante el llamado de que se está cometiendo un ilícito, con sus
excepciones, pero casi siempre lo que vemos es que llegan a cuidar la escena
del crimen, por ende podemos opinar que actualmente la policía no cumple su
papel de prevenir el delito, a veces ejecutan actividades puntuales que muchas
veces son estériles.
La solidaridad es una acción que debe ser retomada, independientemente
de la actividad que se presente, pues vemos que la gran mayoría de los
hondureños caminamos como verdaderos desconocidos e indiferentes al dolor
humano, indiferentes ante una sociedad que día a día se ve más cerrada ante la
tragedia que afronta mucha población víctima de la delincuencia, sin un sistema
de justicia que realmente permita castigar severamente a estos malhechores que
abundan hoy en día en mi querido país, pero como corolario, tienen la complicidad
de la sociedad para que lleven a cabo sus fechorías ante cada miembro de esta
sociedad, vacía, indiferente, fría y dura para con los menos favorecidos por la
fortuna.
Que Dios nos agarre confesados porque las esperanzas en las
autoridades aún están muy verdes.
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