Me han robado
Me han robado
En Honduras, el vivir se ha convertido en una odisea, en
donde todos estamos expuestos a una delincuencia que actúa con toda impunidad,
a vista y paciencia de quienes están obligados a salvaguardar a los ciudadanos.
En la actualidad, muchos hondureños hemos sido víctima de los
delincuentes como ser extorsionadores, rateros, asaltantes, en fin toda clase
de delincuente que pulula por nuestras ciudades.
Estos le han robado el patrimonio a centenares de hondureños,
ya sea el robo de sus vehículos, desmantelamiento de viviendas, robo de menaje,
asaltos en la vía pública, extorsiones a doquier, amén de los muchos que han
sido asesinados, y que engrosan la lista de los crímenes que quedan en la
impunidad, todo esto nos han robado, con la displicencia de las autoridades de
prevenir el delito.
Todo esto de la pérdida de bienes materiales, duele pero se
puede empezar de nuevo cuando aún se es joven, caso contrario cuando ya se es
de edad avanzada, en donde solo le toca sobrevivir de la nada, pues no se
tienen los recursos necesarios para ello, pues en nuestro país, las personas
mayores no tienen derecho a nada, solo en los papeles escritos como leyes pero
que en la actualidad son puro papel mojado, esto hace que sean personas vulnerables
al asecho de los delincuentes.
Lo más triste de todo, quienes sobreviven a la delincuencia,
han perdido lo más valioso a lo que todo ser humano aspira y es a la paz de su
vida, y esto se ha perdido, gracias a la tolerancia y displicencia de las
autoridades involucradas en el control de este flagelo, en la aplicación de las
leyes y ejercer justicia para las miles de las víctimas que han perdido todo
excepto la vida, pero que nuestro sistema actual se las va quitando lentamente
en la peor de las injusticias y en la indiferencia de la sociedad, que poco o
nada hace por mantener ese vínculo solidario con quienes caen en desgracia.
En mi caso en particular, en menos de cinco meses destruyeron
mi vida, me robaron mi patrimonio de
muchos años, perdí mi fuente de ingresos, perdí la paz de vivir sin
sobresaltos, perdí la fe en quienes nos gobiernan y aún tengo una tenue esperanza
de que esta situación para el pueblo hondureño se revierta aunque para muchos
ya todo esta perdido.
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