Se sienten...pasos de animal grande

Se sienten…pasos de animal grande
En Honduras, es común oír, leer y ver como la población de ciertas ciudades se quejan de la falta de agua, cuyos habitantes reciben a cuenta gotas el suministro de la misma, lo cual se evidencia más aguda a medida que se aproxima el verano, es entonces que tanto la población como las autoridades municipales miran hacia las autoridades del país, que vea como se soluciona este ingente problema, que cada año se vuelve más crítico.
Cuando se establece la temporada lluviosa y los embalses acumulan agua, todo vuelve a la normalidad, sin ningún plan que permita prevenir esta situación que se presenta cíclicamente.
Durante mucho tiempo, población y autoridades vieron el agua como un recurso inagotable, de tal manera que se perdió la capacidad de razonamiento lógico, en donde autorizados o no por las municipalidades y el gobierno central, se llevó a cabo una feroz deforestación de las cuencas hidrográficas y la zona de amortiguamiento de las mismas, llegando el momento en que hasta las riberas de los ríos fueron eliminados todos los árboles, como consecuencia vimos como inexorablemente, el caudal de los ríos y quebradas han disminuido drásticamente, hasta convertirse en simples charcos, sin capacidad de auto regenerarse, pues los vertientes se han secado.
Vemos como la mayoría de las municipalidades orientan sus actividades a la siembra de cemento en los parques, remodelación de edificios y calles, pero esto solo lo hacen con fines politiqueros, pues ninguna de estas actividades son de necesidad comunitaria.
Ya es tiempo que las corporaciones municipales orienten sus actividades a corto, mediano y largo plazo, en la recuperación de todas las cuencas hidrográficas con un plan de reforestación en donde se inviertan los recursos de manera de recuperar las fuentes de agua, para ello cuentan con los recursos que derivan en la siembra de cemento, pues bien cambien y promuevan la siembra de árboles que permitan recuperar la capacidad de las cuencas para surtir de agua a las comunidades, de una manera satisfactoria según las necesidades humanas.
En la actualidad, ya se sienten pasos de animal grande, en donde la capacidad de suministrar agua a las comunidades se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para las autoridades, y en donde la mayoría de la población hace poco a casi nada por conservar las fuentes de agua.
¿Serán capaces las autoridades municipales de despojarse de su actitud partidista y declinar su ego, para enfrascarse en una tarea titánica en la recuperación de las fuentes de agua? Esto es lo que esperamos, que se concienticen y actúen como deben actuar, como verdaderas autoridades en busca del bien común.



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