Sueño


Sueño

En Honduras, vemos a diario como la corrupción invade todos los estamentos de la sociedad, de tal manera que un buen segmento de la población  encuentra aceptable las prácticas corruptas y lo aplaude, básicamente cuando se logran enquistar en la administración pública, pues es común  que todo aquel servidor público que trata de mantenerse al margen de las prácticas corruptas, es catalogado como tonto,  y cuando sale de la misma, lo etiquetan como ladrón.
En la actualidad, es un anhelo de la ciudadanía, que quienes tienen en sus manos a la educación en nuestro país, presenten en su accionar diario un modelo a seguir por las futuras generaciones,  de tal manera que se vaya cultivando una generación nueva libre del gusano de la corrupción, pues es la única forma de romper este flagelo que tiene de rodillas a mi país, para ello, se debe educar a los hijos para que adquieran esos valores tan necesarios hoy en día, que les permita formar ciudadanos capaces de competir en buena lid, respetando el derecho de los demás, sin arribismos de ninguna índole, todo esto es factible, si la ciudadanía aun libre de ese gusano de la corrupción  esté dispuesta a no permitir que los corruptos que hoy en día nos gobiernan, sigan al frente de las instituciones públicas , aportando una nueva generación de hondureños capaces de servir a nuestro país, y no como sucede actualmente, que se sirven del país para resolver de un solo tajo su vida futura, robando inmisericordemente los escasos recursos económicos que tiene mi país.
El gremio magisterial tiene ante sí un reto enorme, pero para ello es necesario que se despojen los que están contaminados de ese espíritu de corrupción, y que traten de limpiar su imagen para poder ser tomados como un ejemplo a seguir en su vida personal y profesionalmente deben predicar con el ejemplo para poder crear una conciencia  de aversión a la corrupción en los jóvenes, que es de donde saldrá  la nueva generación de políticos al servicio del país.
Los padres de familia, no acostumbrados a  las triquiñuelas que los políticos practican a diario, y con una buena base moral, que son mayoría en nuestro país, están en el deber ineludible de orientar y dar el ejemplo a sus hijos, para que en el futuro puedan sentirse orgullosos de esa juventud que deberá ser el orgullo de este país, de tal manera que las prácticas corruptas sean un mal recuerdo y nuevas generaciones tengan mejores oportunidades de sobresalir en todas las áreas del quehacer humano, y al final puedan decir: misión cumplida.
No debemos olvidar que cada uno de los hondureños, estamos en el deber moral de denunciar, a esos malos hondureños que hacen escarnio de nuestro país, y que en la actualidad, no se tiene el espacio adecuado para presentar las denuncias de actos reprochables de servidores públicos, porque simple y sencillamente no hay un lugar donde denunciar, pues todas estas organizaciones están copadas por adláteres de los políticos de turno en donde se practica fielmente el “hoy por ti, mañana por mí”, lo que va formando una maraña de corrupción sin principio ni fin, en donde la mayoría silenciosa de la población, se siente asqueada por ese proceder infame de los políticos del ruedo nacionales un hecho que se han presentado denuncias graves sobre actos condenables practicados por servidores públicos, en los cuales se investiga, se sacan conclusiones y al final todo queda en nada, pues la justicia en sí es inoperante para castigar a estos señores acostumbrados al saqueo del estado.
¿Se podrá revertir ese estado de corrupción en Honduras?, ¿Están los maestros dispuestos a aceptar el reto de ser mejores y dedicarse a educar en calidad y conocimientos sólidos a las nuevas generaciones que tienen en sus manos? ¿Los padres de familia están dispuestos a asumir su responsabilidad en la formación de valores humanos a sus hijos?
Esperemos que si asuman ese reto en aras de la patria que tanto lo necesita.

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