Defomin
DEFOMIN
DEFOMIN, mal parto de nuestros honorables
diputados, que está convirtiendo a Honduras en un negocio de unos cuantos en
menoscabo de la hondureñidad, que somos todos, cuando básicamente con esas
concesiones de fomento de la minería de materiales no metálicos, metálicos, nos referimos
a la extracción de material de construcción, en la cual el pueblo hondureño no
gana nada, al contrario, se le encarece la posibilidad de tener acceso a
material para construcción, ya que el
mismo es vendido por personas que bajo influencias o a saber que mecanismo
obtienen concesiones en detrimento de los municipios, quienes aun para obras de
beneficio comunal tienen que pagar por algo que le pertenece, todo por la
bendita privatización de los recursos naturales que no son patrimonio de unos
pocos sino del estado y el estado somos todos, igual situación ocurre con la
minería de cielo abierto, que por unos pocos lempiras devaluados que pagan las
compañías mineras en salarios e impuestos, arrasan con el agua, bosques y al final nos dejan una población enferma
por los químicos que se usan, y si los
minerales que se llevan estas compañías no compensa el daño que provocan ¿Para
qué tener minas? Si estas no son del pueblo hondureño, son consorcios
extranjeros que se llevan la tajada del león y migajas para el pueblo
hondureño.
En la actualidad, se está discutiendo las
reformas a este parto, que según los aires que soplan, solo le serán hechas
reformas cosméticas, que seguirán beneficiando a consorcios extranjeros y
señores hondureños a quienes se les ha entregado los recursos minerales
ferrosos y no ferrosos favoreciendo monopolios y excluyendo a miles de pequeños
trabajadores en la extracción de materiales de construcción, condenándolos a
aguantar hambre, ya que les quitaron de un solo plumazo el derecho a
usufructuar lo que les pertenece a los municipios y por ende al pueblo. Señores
diputados, ustedes fueron electos para legislar a favor del pueblo, no se
olviden que este pueblo los tiene ahí para defender los derechos de las
mayorías, piensen, razonen, analicen el terrible daño que provocan con este
tipo de leyes al país, pues estas compañías mineras destruyen el bosque,
contaminan el agua, enferman a la población, desarraigan pueblos enteros y
cuando se acaban los minerales, solo dejan parajes yermos inhabitables, una
cantidad de personas enfermas y Honduras ¿Qué gana?, solo unos miserables lempiras que no compensa
el daño provocado por estas compañías mineras, señores diputados, le están
quitando el patrimonio a los pueblos de los diferentes municipios donde han
actuado en contra de la constitución al promover monopolios en el manejo de
materiales para la construcción.
Señores diputados no comprometidos con los
consorcios extranjeros y hondureños, en sus manos está rescatar lo que
realmente le pertenece al pueblo.
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