Muncipalidades de Honduras: Ayer y hoy


Municipalidades de Honduras: Ayer y hoy
En Honduras, a raíz de la implementación de la ley de municipalidades, en la cual se les asigna un porcentaje del presupuesto general de la república, sufrieron un tremendo cambio, lo que ha motivado que durante este año recién pasado y el actual, los alcaldes aglutinados en una especie de club: Asociación nacional de municipios de Honduras, han pasado con un reclamo lastimero por la moratoria en l a asignación de esos fondos, aun a sabiendas de que el gobierno de Honduras en la actualidad está quebrado, pero ellos hacen oídos sordos y ceguera mental, al seguir reclamando por algo que no tuvieron y que por tanto no invirtieron.
Anteriormente, en el ayer, las municipalidades de Honduras eran autónomas, pues no dependían para nada del gobierno central, funcionaban  a través de los impuestos municipales, los cuales en su mayoría eran bien invertidos, las poblaciones en ese entonces, si se trataba de hacer alguna obra de beneficio comunal, ya sea escuela o camino, instalación de agua potable, etc., los vecinos todos aportaban de acuerdo a su capacidad económica, y el vecino que no podía aportar en metálico, si aportaba con días de trabajo, de tal manera que todos participaban y eran conscientes de que solo de esa manera podían sacar adelante a sus comunidades, incluso, se encargaban de pagar a los maestros de verdad que habían en sus territorio municipal, los alcaldes no se peleaban por serlo, simplemente lo hacían porque tenían vocación de servicio, sus salarios eran acorde a sus ingresos municipales, los regidores solamente se les pagaba por las sesiones quincenales que hacían, solamente el alcalde, el síndico municipal, juez de policía y policía municipal o escolar tenían salario mensual, el resto solo dietas.
En ese entonces los recursos municipales eran bien manejados, de tal manera que los municipios salían adelante con sus obras sociales y sin mucho aspaviento,  simplemente trabajando por el bienestar común.
Hoy, en día, a partir de la promulgación de esa ley, las municipalidades pasaron a ser un plato apetitoso a los ojos de los políticos de carrera, quienes vieron en esta ley una oportunidad, no de sacar adelante a sus municipios, si no de saciar sus apetitos de poder y el ansia de conseguir dinero de la manera más fácil que existe en Honduras, mediante las famosas obras sociales en la cual se inflan presupuestos y se reciben obras mal hechas y de pésima calidad, amén de que en la mayoría de los municipios no se sabe en que se invierte este famoso porcentaje del presupuesto nacional que se les asigna, pues es común que no se vean, y cuando se ven, repito, son obras de pésima calidad, siendo notorio que en las mayorías de los municipios, una necesidad que ellos los alcaldes han visualizado , es la remodelación de los parques, se han vuelto expertos en sembrar cemento, a sabiendas, que esas obras que dicen hacer,  muchas veces no son las necesidades de sus comunidades.
Lo que sí es notorio, es que las administraciones municipales se han vuelto onerosas para los recursos municipales, pues simplemente con los fondos transferidos, los alcaldes han querido solucionar las necesidades de sus comunidades, y los recursos municipales que reciben de la población, prácticamente sirven simple y sencillamente para los gastos administrativos de cada municipio, de tal manera que existen municipalidades que no pueden sobrevivir sin esa transferencia del gobierno central, lo que las convierte en municipalidades parásitas, incapaces de sobrevivir con sus propios recursos, e incapaces de cubrir las necesidades de la población, por lo tanto, lo saludable es hacer un estudio de estas municipalidades insolventes y fusionarlas para así hacer un municipio más fuerte y capaz de generar recursos que les permitan salir adelante en sus obras sociales, pero para ello es importante eliminar ese nefasto paternalismo a que nos han acostumbrado los políticos de turno, ya que en la actualidad, existen los famosos patronatos, y por ende una federación nacional de patronatos, que si se orientaran adecuadamente en beneficio de sus comunidades, serian una fuerza excelente para el desarrollo, pero estos en la actualidad, son organizaciones al servicio de los políticos de turno, y en su pensamiento solamente figura el exigir obras, pero en su mayoría, no aportan nada.
Por eso, resulta cómico si no fuera trágico, que muchos alcaldes hoy en día, pasan lamentándose que porque no les han pagado las famosas transferencias, aun no han podido cancelar sueldos y aguinaldos del año 2012, amenazando con tomas y otras acciones para que se les pague, a sabiendas de que el gobierno central está quebrado, pero ellos insisten en sacar agua de un pozo seco.
A estas alturas, el gobierno central, en una acción serena y objetiva, legislen de tal manera que dichas transferencias deben ser utilizadas en determinados proyectos, con una supervisión de los mismos, que permita detectar su calidad, como su costo real, pues en mi país Honduras, es común robar a través de obras sobrevaloradas, recibiendo a cambio un producto de muy mala calidad, que de una vez por todas, que las transferencias no sean para gastos administrativos, y los fondos municipales que perciban por los impuestos del municipio, sean solamente un 30% para gastos administrativos, el restante 70% para obras municipales, que los vecinos aporten todos y el que no pueda, lo haga con días de trabajo, los municipios insolventes, que se fusionen a otros municipios para que salgan adelante..
Les aseguro que si hicieran caso a estas sugerencias, las municipalidades dejarían de ser atractivas a los políticos de turno.

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